Hablemos de las Quejas


Las pegas, las excusas, las horribles quejas... ¡Cuánta energía nos absorben y cuánto nos obstaculizan! 
Hablemos pues de las quejas y aprendamos a obviarlas.

En mi etapa profesional en la que trabajaba como coach siempre escuchaba pegas y excusas a la hora de intentar lograr los objetivos.
Había gente experta en crear quejas y, peor aún, en creérselas. Porque hay que reconocer que no todas las quejas son reales, sino que a veces nos instalamos en esa postura infantil como un reclamo, una llamada de atención.

Incluso tenía colaboradores que nunca conseguían superar las expectativas marcadas ya que ponían más energía en buscar lo negativo y en quejarse, que en conseguir el objetivo.

Y es que hay cosas en nuestros trabajos y en nuestra vida en general que son así, son lentejas, y hay que tragarlas.
Pero las lentejas se pueden comer de muchas maneras... En rica ensalada, estofadas con choricito, con tocino... ¡Podemos decorarlas como más nos gusten!

Por lo que os animo a aceptar las cosas que  no podáis cambiar y las decoréis como más os apetezca. Porque cambia mucho una circunstancia cuando la aceptamos sin más, incluso con resignación, o cuando la intentamos aceptar con cariño, con afecto, viendo la queja como un reto del que aprender cosas nuevas.


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