Her2: Llegaste sin avisar

 Un día, sin más, cambia tu vida. 

Aunque un día sin más tampoco fue porque llevas meses notando la piel de tu seno izquierdo dura y viendo como tu pezón se va arrugando. Creías estar por encima de todo, pensabas que no podía ser. Tienes 38 años, solo 38. Te ves en la cresta de la ola admirando una vida pletórica que no quieres dejar escapar.

Y una mañana asumes que tienes que ir al hospital y escuchar la verdad: tienes cáncer.

No puedes pronunciar esa palabra. No logras entender cómo seis letras arrasan tu vida, te frenan tus sueños. 

En menos de un mes tienes llegas al hospital de día y entre bromas recibes tu primera quimio: la roja. Esa misma que hace que durante tres días deambules de la cama al sofá, y vuelta a empezar. 

Empiezas a entender que tus retos son otros y que tus fuerzas deben enfocarse a paliar los efectos secundarios. Descubres que llega el momento en el que logras salir a pasear y es mágico. O que aún quedan días por venir en los que bailarás en tu salón volviendo a sentirte viva.

Entonces recuerdas que un día creaste un blog de la felicidad y descubres que sigues siendo esa misma persona y que nada te va a quitar las ganas de seguir.


Fuente: Pixabay iStock


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